SAFARI DE ALFONSO USSÍA
La muerte inesperada de la bella Marsa ha desquiciado al pobre marqués
de Sotoancho. Aunque es verdad que hacía un año que no se veían, era su
mujer y, como dice él mismo, «he sentido por ella más que por ninguna
otra». No logra quitársela de la cabeza mientras hace los trámites para
que traigan sus restos desde Colombia. Ni siquiera la idea de ver a su
amante, Manuela—supuesta princesa austríaca—, le mejora el humor. Está
claro que el marqués necesita un cambio de aires. ¿Y qué hay mejor que
un safari en África? Ahí no cabe duda de que los aires son, cuando
menos, diferentes. Ni corto ni perezoso y con la ayuda de todo el
personal de su finca, La Jaralera, Sotoancho se prepara para lo que será
el viaje de su vida. Después de pisar tierras africanas, conocer a sus
gentes de piel color ébano y matar a unos cuantos animalillos, nada en
su vida volverá a ser igual.
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